Tomado de Nueva Ortografía para todos
En español, a diferencia de lo que ocurre en otras lenguas, hay una tendencia marcada a preferir el uso de las minúsculas. En la última edición de la Ortografía (2010) se especifican las funciones y usos de las mayúsculas, lo que puede concretarse así: para delimitar las unidades textuales principales; para marcar los nombres propios y las expresiones denominativas; para formar siglas; para favorecer la legibilidad.
Uno de los usos más frecuentes de la mayúscula es cuando se emplea para marcar los nombres propios y las expresiones denominativas
Se sabe que la función primordial de la mayúscula en nuestro idioma es la de distinguir el nombre propio del común. Pero en la práctica esto no resulta tan simple, como puede parecer a simple vista. Muchas dudas surgen a la hora de escribir un sinnúmero de expresiones denominativas en las que no siempre puede decidirse con rapidez cuál opción emplear.
No siempre es fácil determinar cuál es la extensión real de un nombre propio o de una expresión denominativa. En primer lugar se necesita distinguir bien entre el sustantivo genérico y los términos específicos. Así por ejemplo, debemos escribir río Cauto, océano Pacífico; pero Sierra Maestra, Cabo Verde…
Atendiendo a lo esbozado anteriormente, se pueden resumir así los principales usos y observaciones acerca de la mayúscula: en las palabras que comienzan con un dígrafo (ch, ll, gu, qu), solo se escribirá con mayúscula la letra inicial: China, Llinás, Guillermo, Quesada.
Se escribe mayúscula inicial en:
- Todo nombre propio de persona, animal o cosa singularizada. Ejemplos: Damián, Amanda, Platero…
- Los nombres geográficos. Cuando el artículo forme parte oficialmente del nombre propio, ambas palabras comenzarán por mayúscula: La Habana.
- El nombre que acompaña a los nombres propios de lugar, cuando forman parte del topónimo: Ciudad de México, Sierra Maestra. Se escribirá minúscula en los demás casos.
- Los apellidos. Si el apellido comienza por preposición, artículo o por ambos, estos se escribirán con mayúscula solo cuando encabecen la denominación. Ejemplo: De la Vega, pero no en José de la Vega.
- Nombres de los signos del Zodíaco. Ejemplos: Sagitario, Virgo. Cuando el nombre propio deja de serlo porque designa a las personas nacidas bajo ese signo, se escribirá con minúscula. Ejemplo: Leonor es sagitario.
- Nombres derivados de festividades religiosas o civiles, de divinidades y de libros sagrados, atributos divinos o apelativos referidos a Dios. Ejemplos: Día de la Rebeldía Nacional; Dios; Alá.
- Marcas comerciales. Ejemplo: Suchel.
Hay que aclarar que se escriben con minúscula los nombres de los puntos cardinales, los días de la semana, las estaciones, los meses del año.
Las Academias aclaran (págs. 456-457) que los sustantivos sol y luna “solo se consideran ortográficamente nombres propios en contextos muy específicos (por ejemplo, cuando coaparecen con los nombres propios de otros astros: el Sol y Saturno)”.
También se escribirán con letra inicial mayúscula:
- Los sobrenombres y apodos con que se designa a determinadas personas. Ejemplos: el Titán de Bronce, el Libertador.
- Los sustantivos y adjetivos que componen el nombre de instituciones, entidades, organismos, partidos políticos, etc. Ejemplos: la Biblioteca Nacional, el Partido Comunista de Cuba.
- Los nombres, cuando significan entidad o colectividad como organismo determinado de forma inequívoca. Ejemplo: la Academia (RAE).
- La primera palabra del título de cualquier obra. Ejemplo: El siglo de las luces. En las publicaciones periódicas y colecciones, en cambio, se escriben con mayúscula los sustantivos y adjetivos que forman el título. Ejemplo: Nueva Revista de Filología Hispánica.
- Los nombres de las disciplinas científicas en cuanto tales. Ejemplos: Química, Historia. Sin embargo, se escriben con minúscula en referencias generales; por ejemplo: Me gustan más las matemáticas de este curso.
- El primero de los nombres latinos que designan especies de animales y plantas. Ejemplos: Cathartes aura (tiñosa), Opuntia dillenii (tuna).
- Los nombres de fechas o cómputos cronológicos, épocas, acontecimientos históricos, movimientos religiosos, políticos o culturales. Ejemplo: el
En relación con los tratamientos, en la última edición de la Ortografía se aclara lo siguiente (pág. 470):
(…) deben hoy escribirse con minúscula inicial todos los tratamientos, tanto los que preceden siempre al nombre propio, llamados por ello, antenombres: don, doña, fray, sor, santo/ta, etc.; como los que pueden utilizarse sin él: usted, señor / ra, doctor / ra, licenciado / da, excelencia, (su) señoría, reverendo / da, vuestra merced, etc.
Para aquellas fórmulas honoríficas correspondientes a las más altas dignidades en el tratamiento protocolario (su santidad, su majestad, su excelencia…), la mayúscula inicial es admisible −aunque no obligada− solo si el tratamiento no va seguido del nombre propio de la persona a la que se refiere: La recepción a Su Santidad será en el palacio arzobispal; pero si se acompaña del nombre propio, es obligada la minúscula: Esperamos la visita de su santidad Benedicto XVI.
La escritura con mayúscula inicial solo es obligatoria en las abreviaturas de los tratamientos, que han quedado fosilizadas en esa forma: D..ª, Dra., Fr., Lic., Ilmo., Sr., Sto., Ud., etc.
En el caso específico de las siglas, es cada vez más frecuente escribir con mayúscula solo la primera letra, lo que ya se acepta como adecuado. Ejemplos: UNESCO, Unesco, MINED, Mined (Consultar el material sobre Siglas y acrónimos publicado en esta sección de la Intranet).
Para favorecer la legibilidad suelen escribirse enteramente con mayúsculas:
- Las palabras o frases que aparecen en las cubiertas y portadas de los libros y documentos.
- Las cabeceras de diarios y revistas: PIONERO, GRANMA. Sin embargo, en la actualidad es frecuente encontrar algunas publicaciones que solo utilizan la mayúscula en la primera letra, que es lo adecuado.
- Las inscripciones de lápidas, monumentos o placas conmemorativas.
- Los lemas y leyendas que aparecen en banderas, estandartes, escudos y monedas.
- Los textos de los carteles de aviso o de las pancartas. Ejemplo: PROHIBIDO FUMAR.
- Los términos como aviso, nota, advertencia, postdata, etc., cuando introducen de forma autónoma los textos correspondientes. Ejemplo: AVISO: Se atenderá todos los días al público.
- En textos jurídicos y administrativos (ver usos de los dos puntos).
La mayúscula de relevancia, como indica su propio nombre, responde al deseo de poner de manifiesto la especial relevancia que quien escribe otorga al referente designado por la palabra así escrita. Las Academias recomiendan restringir al máximo su empleo que, señalan, no debe convertirse en norma.
Por último, en relación con los números romanos solo hay que recordar que siempre se escriben con mayúsculas. Ejemplos: Carlos V, Juan Pablo II, Capítulo II.
Resulta muy interesante tratar estos temas.
Muy importante la publicación, a veces por no consultar los textos de los autores reconocidos se cometen muchos errores ortográficos, de esta manera los lectores por esta vía pueden consultar y rectificar los errores que cometen.
Es importante la actualización sobre la ortografía.