Por: Juan Carlos Ramírez Sierra. Profesor del Dpto de Historia y Marxismo Leninismo
Enfocado en el mejoramiento humano, Fernando Martínez Heredia representa una generación de intelectuales, formados al calor de la Revolución, que va a erigirse en la búsqueda de alternativas para los pueblos oprimidos de todo el mundo. En su quehacer se evidencian estructuras históricas profundas que identifican la identidad particular del ser cubano y nuestroamericano. Fernando Martínez Heredia es el hombre del Caribe, Caliban resuelto en una condición propia y auténtica que funda el hábito de romper con las ataduras cosmovisivas que suprimen la libertad en todas sus expresiones posibles.
En su devenir teórico y ético confluyen tradiciones de pensamiento capaces de modelar, en términos factuales, la liberación definitiva del ser humano. Por una parte es fiel heredero y continuador del pensamiento cubano. En él se respiran los trazos de humildad y búsqueda incesante del Padre Varela, la mirada enjuiciadora de Saco ante los vicios sociales, la razón iluminada por el electivismo coherente y dialéctico de Luz, la síntesis integradora para la emancipación de Martí. En beneficio de la concepción revolucionaria que enarbola, sobrevive en su construcción, como cualidad irreverente del hombre en rebeldía, la tradición crítica de pensamiento caribeño densamente cargado de realidad tal cual es. Como espíritus que alcanzan dimensión corpórea, en su sesgo hay del Padre de la antropología americana, el haitiano Anténor Firmin; del anticolonialismo radical martiniqués de Frantz Fanon y de la profundidad humana de Depestre, mientras defiende al negro en las Antillas.
Otra raíz medular del modo en el que despliega su pensamiento se encuentra, sin lugar a dudas, en la concepción marxista del mundo. Fernando Martínez Heredia sigue las ideas de Marx, Lenin, Gramsci, Mariátegui y Mella sin descuidar su originalidad, sencillez y alcance al abordar cuestiones esenciales en la vida de las sociedades oprimidas. Se erige a través de su comprometimiento con una crítica necesaria que encuentra la justa medida de las cosas en la indagación incesante de soluciones a los problemas que aquejan a la humanidad actual. Cada transición socialista –sostenía- debe conseguir cambios “civilizatorios” a escala de toda su población, no de una parte de ella, y debatirse entre ese deber y el complejo que forman los recursos con que cuenta y las carencias que padece. Pero tiene que enfrentar, al mismo tiempo, la exigencia de cambios de liberación, porque, va conquistándolos, o el proceso se desnaturaliza.[1]
Ello supone que el camino del socialismo constituye la misión más compleja y gigantesca a la que se enfrenta la humanidad, pues pretende superar la totalidad de la evolución del ser humano en sociedad en tanto negación radical de todo cuanto lo enajena o crea potencialmente las condiciones para la enajenación en sus múltiples revelaciones. Consiste en una transformación que no deja de ser, que destruye la institucionalización de la desigualdad, la pobreza material y simbólica y la imposibilidad de acceder al ejercicio de los derechos humanos inalienables.
Fernando Martínez Heredia apunta a un hecho irrefutable, el socialismo es la creación de condiciones que permitan al ser humano un cambio total de toda su existencia, solo posible en la medida en que alcance mayor profundidad y radicalidad. Si los derechos y las oportunidades logradas, y su acceso y ejercicio pleno no alcanzan por igual los sujetos del cambio, sin distinción alguna, incluso y sobre todo aquellos que no participaron directamente en este por razones diversas, el proceso se deforma y muere.
Su condición de revolucionario lo condujo por un camino difícil, pues para el revolucionario, para los que se ponen al servicio de los que sufren la historia, y él fue de estos, el tránsito por esta forma de la existencia se torna a veces dolorosa. Hasta el último de sus días siguió las ideas y la praxis de Fidel, en quien confió toda vida. Fernando nos sigue convocando al ejercicio del pensar, hacer y amar esta Cuba insurgente, independiente y soberana.
[1] Martínez Heredia, Fernando: Cuba en la encrucijada, Editora Política, La Habana, 2017, p. 53
Creo muy provechoso que se recuerde a una personalidad de talla mayor como Fernando Martínez Heredia. Prestigioso intelectual cubano y espirituano que nos supo enseñar un camino de revolución, virtud y pensamiento. Su quehacer siempre profundo y polémico nos ayudó como bien se dice en el ejercicio del pensar, por eso veo en el trabajo una invitación a continuar lo desarrollado por Martínez Heredia y profundizar en su pensamiento y acción. Bienvenidos sean estos trabajos porque honrar, honra.
Tengo que reconocer que he estudiado poco sobre los presupuestos teóricos, éticos, marxistas y martianos sobre los que se sustenta el socialismo en Cuba. Pero lo poco que conozco y que tuve que emplear para la confección de mi tesis de Licenciatura en Música del ISA, se lo debo presisamente a las obras de Martínez Heredia que me facilitaron mis profes y que luego seguí buscando por cuenta propia. Los planteamientos de Heredia son concisos, lúcidos, sencillos a la hora de explicar procesos tan complejos como las diferente etapas del pensamiento por las que ha transitado la materialización de un socialismo propio y sustentable.
Excelente trabajo Juan Carlos, le haces honor a uno de los mejores intelectuales sociales de Cuba, el cual debería ser leído y entendido por todos los que construimos un proyecto social diferente y atemperado a las nuevas realidades. Gracias por brindarnos un texto tan exquisito.
Comparto la opinión de mis colegas, un excelente trabajo profesor Juan Carlos, honrar honra. Resulta gratificante la valerosa iniciativa de la creación de la Catedrá Honorífica Fernando Martínez Heredia por nuestro Departamento de Historia y Marxismo Leninismo. Profundizar en este destacado pensador revolucionario cubano de enriquecidos criterios y diálogo educativo, nos enrumba el camino para dedicar tiempo a lo que hacemos y sabernos útiles.