Tomado de Granma
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, el 6 de febrero de 1993, en el encuentro con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional y delegados a la Asamblea Provincial de la entonces Ciudad de La Habana
«Hay que persuadir a los ciudadanos de que el voto disperso perjudica al proceso, que el voto dividido y disperso no es lo que le conviene al país, no es lo que le conviene a la patria, no es lo que le conviene a la Revolución (…) en un proceso donde se han cumplido, al pie de la letra, todos los requisitos establecidos. Eso es lo que constituiría un verdadero triunfo de nuestra concepción electoral y democrática, lujo que puede darse nuestro país y que muy pocos países del mundo pudieran darse.
Por eso (…) decirle a cada ciudadano: esto es lo que le conviene al país, esto es lo que le conviene a la Revolución, esto es lo que le conviene a la patria, usted es libre de hacer lo que estime conveniente. Respetamos su derecho (…), pero lo que conviene al país es esto, lo que conviene a la patria es esto, lo que conviene a la Revolución es esto. Y, desde luego, apelar al espíritu de unión, al espíritu de solidaridad, al espíritu revolucionario, al espíritu patriótico de nuestros ciudadanos.
(…) Hay que distinguir entre aquel que es un recalcitrante contrarrevolucionario y el que pueda estar equivocado, el que pueda estar confundido. Al que pueda estar confundido hay que esclarecerlo, al que pueda estar equivocado hay que hacerlo salir de su equivocación.
Esa es una de las tareas políticas importantísimas que debemos hacer, no vamos a dejar al enemigo a aquel que esté confundido para que se confunda más. Hay que hacer acopio de paciencia, de inteligencia, utilizar los infinitos argumentos que tiene la Revolución; sobre todo, hay que hacerles ver (…) que lo que se está jugando es muy sagrado, demasiado sagrado para que se pueda actuar irreflexiblemente, para que se pueda actuar irresponsablemente.
¿Cuándo se ha reunido un ejército tan grande de militantes revolucionarios para unas elecciones? Ya se ha seguido todo el proceso, ya se han aplicado todos los principios, que felizmente se han cumplido; ahora queda la batalla del 24 de febrero, día muy simbólico, en que se inició nuestra última lucha por la independencia. Queda esa batalla que, por todas estas razones que hemos explicado, es la más compleja, es la más difícil; pero tengo la seguridad de que saldremos victoriosos.
Si nos enfrentamos con inconmovible espíritu al periodo especial, si estamos dispuestos a resistir al imperialismo en todos los terrenos, ¿cómo no vamos a luchar contra el imperialismo y su ideología corrupta, su ideología reaccionaria en la batalla de las elecciones, en la batalla del 24 de febrero?
Ese día se pone a prueba toda nuestra capacidad de organización, de lucha, todo el parque revolucionario que llevamos dentro, toda la historia que ha escrito nuestro pueblo. Eso está a favor de nosotros, porque estamos defendiendo la Revolución, estamos defendiendo el socialismo, estamos defendiendo la patria, estamos defendiendo la nación (…).
Estamos luchando por lo mismo que lucharon nuestros compatriotas en el 68, en el 95, por lo mismo que lucharon nuestros obreros a lo largo de la historia del país colonizado por el imperialismo; estamos luchando por lo mismo que luchamos en el Moncada, en el Granma, en la Sierra, en el Escambray, en Girón; defendiendo lo mismo que defendíamos en la Crisis de Octubre; defendiendo lo mismo que defendimos en nuestras gloriosas y victoriosas misiones internacionalistas.
Estamos defendiendo los principios por los cuales no nos hemos rendido cuando tantos otros se han rendido, estamos defendiendo los principios por los cuales estamos dispuestos a dar nuestras vidas (…).
Esos principios los estamos defendiendo, el honor de nuestra patria, el honor de nuestro pueblo, el honor de nuestras generaciones, el honor de los revolucionarios, ¡y somos bastantes revolucionarios, somos muchos más revolucionarios que contrarrevolucionarios en este país! Tenemos no solo la cantidad, sino la calidad, y con ese espíritu debemos ir a la batalla del 24 de febrero, de manera que Martí se pueda sentir orgulloso de nosotros».
Fuente: DISCURSO EN EL ENCUENTRO CON LOS CANDIDATOS A DIPUTADOS A LA ASAMBLEA NACIONAL Y DELEGADOS A LA ASAMBLEA PROVINCIAL DE CIUDAD DE LA HABANA, 6 DE FEBRERO DE 1993.
Solo ir al pensamiento martiano.
– De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento.
– Pueblo que se somete, perece.
– (…) los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos.
– En política hay que prever. El genio está en prever.
– Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.”