Tomado de Granma. Por: Ana Laura Jacomino
«La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser “muy machas” nos llevan gran recorrido…» Gabriel García Márquez
Un poeta norteamericano declaró en una ocasión sobre las féminas: «me gustaban los colores de sus ropas, su manera de andar, la crueldad de algunos rostros, de vez en cuando la belleza casi pura de una cara, total y encantadoramente femenina. Estaban por encima de nosotros, planeaban mejor y se organizaban mejor. Mientras los hombres veían el fútbol o bebían cerveza o jugaban a los bolos, ellas, las mujeres, pensaban en nosotros, concentrándose, estudiando…».
En esta frase de Charles Bukowski se encuentra quizás parte de la esencia misma de esos seres «mito-reales», ejemplos de lucha y perseverancia. A lo largo de la historia su papel ha variado considerablemente, siendo a veces veneradas al extremo, como sugieren algunos investigadores en las comunidades matriarcales o relegadas al papel de madres, esposas y amas de casa en las sociedades patriarcales.
Federico Engels en su obra El origen de la familia la propiedad privada y el Estado, describe cómo el desarrollo de las sociedades primitivas cambió los roles entre hombres y mujeres en la familia. «El derrocamiento del derecho materno produjo la derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo».
Lo cierto es que las mismas cualidades que definen el género femenino lo han estigmatizado a tal punto que en ocasiones la vida de algunas, en sociedades actuales, parecen irreales en pleno siglo XXI.
Las mujeres bajo el capitalismo, en donde su fuerza de trabajo no es valorada como la de los hombres, y su trabajo doméstico consideran no produce valor económico ni social, pueden llegar a verse a sí mismas como un objeto.
«Cuando los salarios de una mujer son insuficientes para mantenerla viva, la venta de favores parece una posible ocupación complementaria. La moral hipócrita de la sociedad burguesa fomenta la prostitución por la estructura de su economía explotadora, mientras que al mismo tiempo cubre con desprecio a cualquier chica o mujer que es forzada a tomar este camino», escribió Alexandra Kollontai, en 1921.
NADA DE SEXO DÉBIL
Los altos cargos de un Estado, la directiva de grandes empresas, la resolución de casos judiciales o atrapar a un asesino en serie ya no son labores destinadas exclusivamente a los hombres.
La barrera ha sido derribada, sin embargo, existe en la palestra pública un tema delicado que es motivo, además, de discusiones en muchas partes del mundo y está relacionado con la supuesta incapacidad de la mujer de ser una profesional calificada y una madre, esposa y ama de casa capaz.
Algunos años atrás, el objetivo era claro: adquirir la autonomía que antes no se tenía y asumir un nuevo papel en el ámbito laboral, pero ahora ¿cuáles son los nuevos retos? Pero ojo, no podemos olvidar que lo que es una meta cumplida, para una gran mayoría sigue siendo un sueño imposible.
La reivindicación de las féminas en la sociedad no ha logrado eliminar lastres tan dañinos como lo son el feminicidio y el acoso sexual. En países como El Salvador u Honduras los crímenes de odio contra las mujeres no son un asunto de poca relevancia.
Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, los datos oficiales, para 19 países de la región muestran un total de 2 559 mujeres víctimas de feminicidio o femicidio en 2017.
A esta estremecedora estadística podemos agregar la desigualdad salarial, un tema que en naciones como Chile impacta en el valor del trabajo. Entre un hombre y una mujer con igual calificación el hombre siempre va a ganar más, esto sucede, además, en Estados Unidos, por solo citar dos ejemplos en nuestro continente.
Según el Instituto Nacional de Estadística de España, las mujeres universitarias suponen un 54,1 % del total y su rendimiento en títulos de grado y máster supera al masculino en diez puntos porcentuales. Además, un 61,1 % de los lectores de tesis de menos de 34 años corresponden al género masculino. Aun así, solo el 16,8 % del total de catedráticos son mujeres en ese país.
La sociedad sigue asociando roles a niños y niñas, «los chicos son fuertes e independientes», «ellas son vulnerables y deben ser protegidas». A la hora de contraer matrimonio, si hablamos de la discriminación a nivel mundial, la tercera parte de las mujeres son obligadas a casarse a los 18 años, y 1 de cada 9 antes de los 15, sin su aprobación.
La sociedad sigue tildando a las mujeres como el sexo débil, en verdad, sus cuerpos pueden parecer frágiles, pero son aptas para realizar el mismo trabajo que el llamado «sexo fuerte» y, como bien diría una consagrada feminista, «lo pueden hacer en tacones».
MUJERES CON M MAYÚSCULA
La historia está llena de ellas. Han roto estigmas, han batallado en terrenos desfavorables para que ambos géneros sean iguales, pero, sobre todo, han demostrado su indiscutible valor a la hora de salvar a los suyos.
Por eso esta fecha pertenece también a Antonina Sabinsky, cuidadora junto a su esposo, de uno de los zoológicos más reconocidos de Varsovia, el cual fue arrasado por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero esto no amedrentó a Antonina. Descrita en ocasiones por su esposo como «una tímida ama de casa nada interesada en la política», fue capaz de utilizar la infraestructura del zoológico para esconder a los judíos perseguidos por los fascistas. El riesgo al que se exponía era inmenso, pues esta instalación era frecuentada por los nazis, sin embargo, para ella era más fácil arriesgar su vida que cerrar los ojos.
Es día de Clara Zetkin, una comunista alemana que luchó por los derechos de la mujer. Militó en el Partido Socialdemócrata de Alemania hasta 1917, momento en el que ingresó a la Liga Espartaquista, ala izquierda del Partido
Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), que posteriormente formaría el Partido Comunista de Alemania (KPD). Fue miembro del Reichstag por ese partido durante la República de Weimar desde 1920 a 1933.
Desempeñó un importante papel en la fundación de la II Internacional. Entre 1891 y 1917 editó el periódico Igualdad y en 1907 se convirtió en líder de la nueva Oficina de la Mujer del SPD. Fue su lucha por los derechos de la mujer la que decidió que, a partir del 8 de marzo de 1911, se homenajeara a las féminas.
También no puede faltar el homenaje a Rosa Luxemburgo, una de las grandes revolucionarias del siglo XX, quien hizo un doctorado en una época en la que poquísimas mujeres iban a la universidad. Se dice que hablaba 11 idiomas. Rosa pronto destacó como una de los principales dirigentes de la socialdemocracia europea.
Nuestro país también guarda en su historia mujeres extraordinarias, nueve mambisas recibieron el grado militar de capitanas y una el de comandante en el Ejército Libertador de Cuba. Pudiéramos citar decenas de ejemplos de la heroicidad y el compromiso de las mujeres cubanas, de ellas se ha dicho que son atrevidas, valientes, generosas, otras han sido calificadas de irreverentes y cuestionadoras de su papel en el mundo, como lo fue la pinareña María Constancia Caraza Valdés, Macorina, quien escandalizó a sus coterráneos poniéndose al frente del volante.
NUEVAS ESTRATEGIAS
En este año las mujeres son festejadas bajo el lema «Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio», según informa la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La ONU planea utilizar esta plataforma para encontrar nuevas estrategias comunicativas capaces de acortar la brecha entre géneros, haciendo especial énfasis en las esferas relativas a los sistemas de protección social, el acceso a los servicios públicos y la infraestructura sostenible.
Además, con el objetivo de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se hacen necesario cambios transformadores, puntos de vista diferentes, soluciones vanguardistas, sobre todo en lo referente a la defensa, igualdad y empoderamiento de las niñas y las mujeres. Si prosiguieran las tendencias actuales en el 2030 no se habrá logrado conseguir un mundo 50-50.
Sin embargo, se hace imprescindible insertar, con más energía, dentro de la agenda pública y privada a nivel mundial la importancia de valorar al sexo femenino en toda su dimensión.
Una mujer es más que madre, más que esposa, más que profesional, más que hija, es un ser humano con virtudes y defectos, necesitada de tiempo para sí misma, que se quiebra pero es fuerte, que llora pero resiste… que es única.
El logro de los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) requiere cambios transformadores, enfoques integrados y nuevas soluciones, sobre todo en lo que concierne a la defensa de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Trabajemos para ello.
Feliz día