Tomado del Periódico «Escambray»
Por: Pastor Guzmán
Escribimos hace muchos años en un artículo a propósito del aniversario del natalicio del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, que por su historia de consagración personal y porque en buena medida fue inspiración y guía para la lucha de esta parte del país, Serafín era como decir Sancti Spíritus.
Transcurrido un cuarto de siglo de aquel trabajo y 123 años de su caída heroica en el Paso de Las Damas, surgen las interrogantes: ¿Cómo ven los espirituanos de hoy al prócer de las tres guerras? ¿Se le reconocen al ilustre paladín sus grandes méritos? ¿Se le recuerda a la altura de su figura histórica? Para despejar tales dudas, Escambray dialogó con dos profesores universitarios y dos alumnos de ese nivel.
CUATRO ENFOQUES DE UN HÉROE
Sahily González Gil, alumna de cuarto año de la licenciatura en Marxismo-Leninismo e Historia de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, ubica la figura del prócer espirituano Serafín Sánchez en su faceta de educador “porque sobre todo mi carrera está enfocada a la Pedagogía y, aunque la labor pedagógica de Serafín tuvo una duración de apenas seis meses, estableció pautas y principios que hoy todos los educadores espirituanos han de tener presentes.
“Uno de los primeros aspectos que debemos observar al acercarnos a la personalidad de Serafín Sánchez es su sencillez. O sea, era una persona que no escatimaba tiempo ni reparaba en dificultades a la hora de ayudar al prójimo, sin andar mirando su estatus social o su color de piel. Y creo que esa debe ser la actitud de los cubanos en general y de los educadores en particular en los días que corren, de ahí que lo vea como un paradigma a seguir”.
¿PREOCUPACIÓN JUSTIFICADA?
Danger Rodríguez Faría, quien también cursa el cuarto año de la carrera de Marxismo-Leninismo e Historia, reconoce y da por sentados los atributos históricos de Serafín Sánchez, pero estima que “ha sido una figura que ha estado un poco maltratada y olvidada, y me parece que no ha recibido el suficiente reconocimiento dados sus muchos méritos.
“Creo que Serafín debía tener, además de ese Museo Casa Natal donde nació, más presencia visible en nuestro territorio con tarjas y, mejor aún, una estatua ecuestre en el parque que lleva su nombre.
“Serafín fue único entre los jefes cubanos por muchas facetas de su historia. Recuerdo que cuando estudiamos lo sucedido en Los Guanales cuando una epidemia de cólera se abatió sobre las tropas en que combatía Serafín, él, junto a una veintena de valientes, se presentó como voluntario para quedarse a atender a los enfermos y enterrar a los muertos, consciente de que aquello era asumir prácticamente una misión suicida, pero no vaciló y dio el paso al frente. Ese suceso anecdótico nos dejó muy impresionados a todos los alumnos.
“Luego, reflexionando sobre el tema, llegué a la conclusión de que ese hecho sirve para enseñar valores e ilustrar el grado de entereza y valor de Serafín, su desinterés total, pues puso por encima de cualquier miramiento personal la voluntad de servir a sus compañeros, aun bajo un gran riesgo para su vida”.
¿DIVULGACIÓN INSUFICIENTE?
En parecidos términos, salvo matices, se manifiesta el profesor Jorge Godofredo Silverio Tejeda, vicepresidente de la Uneac en Sancti Spíritus y presidente de la Comisión Aponte en el territorio.
“Creo que Serafín es una figura que no ha perdido actualidad, sobre todo porque es reconocido como el paladín de las tres guerras por la independencia, es nuestro Héroe más grande, a quien tomamos como principal referente, y creo que, en ese sentido, su trayectoria, su trabajo en pos de la unión, en pos de erradicar las contradicciones que había entre los diferentes grupos dentro del mambisado de aquella época es de un valor extraordinario.
“Ahora, esa es la visión que debemos tener y que en cierta parte tenemos desde su patria chica y entre sus coterráneos; pero al mismo tiempo puedo expresarle que esa visión es posible que en otras partes de Cuba no se plasme de esa manera, porque a mi modo de ver la figura de Serafín ha sufrido cierta postergación por parte de los medios, por parte de la historiografía, que no le han dado realmente la importancia que tiene dentro de la historia de Cuba.
“Digo esto porque cuando usted pregunta en las provincias orientales ve que Serafín es prácticamente desconocido, y en las provincias occidentales ocurre otro tanto. Serafín es plenamente conocido solo entre nosotros, a pesar de haber sido la tercera figura en importancia dentro del Ejército Libertador Cubano y haber sido el vínculo entre Martí y Máximo Gómez en la preparación de la Guerra Necesaria.
“De otro lado, hace ya muchos años que no se publica un libro con una nueva biografía actualizada de Serafín Sánchez; todavía estamos con la biografía de Luis F. del Moral, que es magnífica, pero que data de otra época. Hay que hacer algo nuevo y creo que a los espirituanos nos ha faltado eso, seguir investigando, crear un evento teórico-científico dedicado a la figura de Serafín Sánchez como tienen otros territorios en torno a otros patriotas.
“En los últimos congresos de Historia a los que yo he asistido no hemos visto ni un solo trabajo sobre Serafín Sánchez, una figura que no se menciona, y si no se menciona, por supuesto que algún día se olvidará”.
EJEMPLO Y GUÍA
“Considero a Serafín Sánchez una de las personalidades más interesantes e importantes de la historia patria, que va mucho más allá de los límites regionales y que constituye un paradigma, un ejemplo a seguir”, afirma el doctor en Ciencias Pedagógicas, profesor Virgilio Companioni Albriza, jefe de la carrera de Marxismo-Leninismo e Historia de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez.
Companioni estima que aún la historiografía cubana y la regional tienen deudas con Serafín, “porque no se ha profundizado lo suficiente en los estudios acerca de otras facetas del Héroe que son menos conocidas. Generalmente —añade—, se nos presenta como ese genial político y militar que participó en las tres guerras por la independencia de Cuba y que tuvo una destacada trayectoria en la labor de preparación y organización de esas guerras; en especial de la llamada Guerra Chiquita y la Guerra Necesaria.
“Pero entiendo que Serafín va mucho más allá y se convierte en un paradigma a seguir porque fue maestro, fue una persona con una gran cultura, incluso cultura literaria, porque escribió numerosos textos de historia y poéticos, y esos son aspectos poco abordados por estudiosos, e ignorados por la población en general.
“Por lo tanto, a 123 años de la caída del Héroe, pienso que la sociedad espirituana, la sociedad cubana, los académicos cubanos y los apasionados por la historia, todavía tenemos esa deuda con Serafín de contribuir a que sea conocido en su integralidad”.