Por: María petra Piloto Ballester
Hay días más hermosos que otros días. Hay días más importantes que otros días. Hay días más especiales que otros días. Hay días que dejan tanto amor en el corazón de uno, que el corazón crece y crece hasta volverse un gigante espiritual.
Los días que marcan la senda del mes de abril tienen ese encanto. Es olor a flores, a lluvia fresca, a primavera. Pero el mes de abril también cautiva por su historia, valerosa historia de la patria capaz de estremecer las fibras más nobles y revolucionarias cubanas. Esos son, además, los días de Girón: días hermosos, importantes, especiales, por escribirse en ellos una de las páginas más gloriosas de la historia de Cuba; días de hermosa valentía, dignidad, rebeldía.
Desde la literatura, una de las más finas artes, brota la voz de letras capaces de despertar una emoción indescriptible cuando se respira, se siente y se vive la grandeza que cada día hace vibrar y entender qué es la patria.
Sobre la patria, José Martí expone en su poema dramático Abdala:
“El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el rodio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca (…)”
Excilia Saldaña en su sensible obra La noche, como sabia respuesta a una de las interesantes preguntas que una niña le hace a su abuela, expresa:
- Abuela, ¿qué es la patria?
- Una forma en el mapa no le basta. Ni el escudo, ni el himno, ni la bandera. Es la tierra y la luz y la lengua y los muertos y los vivos y el poema que aprendimos de niños en la escuela. Es el pasado y el futuro y el hoy que construye y crea. Es un niño en los brazos de su padre vitoreando líderes e ideas. Es tu vecino más cercano y el desconocido que se aleja. Es tu país, tu ciudad, tu barrio, tu calle, tu casa, tu sillón, tu cama, tu mesa.
“La patria también es luchar por la humanidad entera”.
¡Qué dimensión la de la palabra patria! Allí estará ella siempre para los cubanos como palabra sagrada. Así estará ella eternamente en este y todos los abriles para seguir recordando a Nemesia, esa flor carbonera del conmovedor poema Elegía de los zapaticos blancos, del Indio Naborí; esa que no llora porque:
Sabe que nada en el mundo –
ni yanquis ni mercenarios –
apagarán en la patria
este sol que está brillando,
para que todas las niñas
¡tengan zapaticos blancos!
Como homenaje a, Fidel, líder indiscutible de este país, por la libertad conquistada, por su entereza, por ser inspiración eterna para todos los cubanos dignos, de manera muy especial, para las nuevas generaciones, entre ellos, los estudiantes universitarios, los de la Facultad de Humanidades de la universidad espirituana José Martí Pérez, miembros del fortísimo Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU, se inspiran y enaltecen, desde la literatura, el arte que los identifica.
Como miembros de la Cátedra Honorífica de Literatura Infantil y Juvenil “Dora Alonso”, regalan estos poemas como muestra de que el Comandante en Jefe en sus corazones en este nuevo Girón de victorias y para siempre.
1.- Katherine Alonso González 3. año Derecho
“Carta en décimas de las promesas al Comandante, por la juventud cubana”
Tan firme como Mariana
es esta Revolución
como pasó en Girón
para atrás, ni de jarana.
Esta juventud se afana
seguiremos adelante
y con pasos de gigantes
no olvidamos tus memorias
porque Fidel es historia.
Tú estás vivo, Comandante.
Contamos con un gran guía
Y no hay nadie como él,
tiene por nombre Fidel,
y ejemplar sabiduría.
A tu pueblo día a día
guía tu estrella brillante
aunque no estés eres Arte,
Cuba, Rebelde, Mambí.
Te digo como a Martí:
Tú estás vivo, Comandante.
Te cuento, la juventud
avanza y no se detiene
porque es digna y porque tiene
ímpetu, fuerza y virtud.
Con destreza y rectitud
como país pensaremos
y con Canel cumpliremos
la promesa al Comandante
¡Fuerza, Cuba! Hacia adelante
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
2.- Lidsey Delgado Simón 4. año Derecho
Décimas al Comandante
Comandante eterno Presencia infinita
Cuando la muerte es cruel Cuando la muerte corcel
desenlace de la vida, que no responde a la brida
hizo real la partida galopaba con su vida
del Comandante Fidel. en un coche de oropel,
Se llevaba junto a él iba dejando un Fidel
en una urna con flores en cada pecho afligido,
a quien nunca quiso honores y en el lugar escogido
y era en sí mismo el honor para guardar sus cenizas,
y el más grande fundador mueven de noche las brisas
de los padres fundadores. un caguairán florecido.
3.- Roxana León León 5. año Derecho
“Al hombre de traje verde olivo”
¿Cómo le irá al otro lado del cielo?
¿Cómo estará ahora que ha empinado su vuelo
Como esa hoja que al viento se elevara,
Como gaviota que sobre el mar volará?
Con su firmeza imponente y su marchar retumbante
Se ha convertido en gigante del pueblo y del mundo entero.
No existió hombre más guerrero, intrépido, sin fronteras
Y que de frente a montones, verdades siempre dijera.
Era su barba intocable, su figura impactante
Su voz de orador perfecto y su pecho por delante.
Chaleco (antibalas) jamás usaba, le sobraba su coraje.
No cedía ante chantajes ni temblaba ante la muerte
Solo creía en el presente y el futuro llevadero.
Por siempre a él honraremos gritando cada mañana:
Gloria a usted, mi Comandante, Patria o Muerte ¡¡¡Venceremos!!!
4.- Liliana Palmero Martín 5. año Derecho
“Carta a Fidel”
Sancti Spíritus, 18 de abril de 2021
Año 63 de la Revolución”
Querido Fidel:
Ante todo, disculpa por no dirigirme a ti con el debido respeto que merece tu persona, pero a veces te siento tan cerca que es difícil para mí no considerarte de ese modo, especialmente en este mes, en el que el recuerdo triste de tu partida me sacude el alma. A pesar de que sé que nunca me has conocido, te escribo esta carta porque mis ojos ya no pueden verte y la nostalgia me hace tener curiosidad de saber de ti; quiero creer que estás en el mejor lugar del cielo azul y que has hecho tu hogar la nube más esponjosa y pura que se pueda ver desde Cuba. Supongo que todas las mañanas, con cada alborada, seas el primero que te sientas a ver la Isla para poder reírte de nuestras ocurrencias y enorgullecerte de nuestros esfuerzos y victorias, aunque sé que tu rostro a veces se entristece y nos mira con una ternura que sale directamente de tu corazón cuando nos ves llorar, mucho más en estos días cuando el dolor hace temblar nuestra tierra con esta dura pandemia; también me imagino que cuando hablamos de ti y hacemos galas en tu nombre, enorgulleciéndonos de todo tu ser, te tapes la cara con tus manos desnudas y finas porque tu humildad te ruboriza y tu sencillez se niega a creer en tu grandeza. En las tardes, cuando el sol se esconde, me parece verte sentarte para verlo desaparecer en las montañas de la Sierra, así, tocándote tu copiosa barba con gran concentración y devoción, pensando y reflexionando para el mundo y tu amada patria como solías hacer, y en ese momento es cuando más te siento.
Esta carta podía haberla escrito como joven universitaria que soy con criterios apasionados sobre políticas bien desarrolladas y estudiadas y hasta tal vez te contara de mi gran amor por el Derecho, esa carrera en la que fuiste el mejor estudiante, o lo mucho que me gusta reflexionar del mejor camino que puede tener Cuba para un gran desarrollo tanto económico como social. Sin embargo, como ves mi carta para nada se asemeja a eso, es diferente como yo, simplemente sentí la necesidad, en el fondo de mi corazón, de escribirte con el alma sin formalidades ni rectitudes, porque hoy solo siento que no me caben en el pecho las ganas, tan inmensas como tú, de decirte que te estoy eternamente agradecida y que te siento en mí y en Cuba.
Seguro quieres saber el camino que recorremos, que lo estamos haciendo bien, que a pesar de los pesares seguimos trabajando, creando y cuidándonos los unos a los otros. Así es. Miguel Mario Díaz – Canel Bermúdez, nuestro querido presidente, está dando lo mejor de sí ganándose el cariño y respeto de todos, y nosotros los jóvenes seguimos construyendo el futuro, subiendo las escalinatas universitarias (como símbolo perenne de todos los universitarios) llenos de convicción igual que una vez hiciste tú junto a una generación de jóvenes rebeldes. De igual manera, el futuro nuestro está lleno de sueños, hermandad, justicia, libertad y pasión por una Cuba mejor cada día al servicio de la verdad, la paz, el amor y orgullosa de nuestros ideales y conquistas; un orgullo infinito inspirado en tus grandiosas hazañas.
Fidel, tengo que confesarte algo, sé que no lo digo mucho porque quiero ser fuerte como tu Revolución, como tú, pero la verdad, es que te extraño y me haces falta, extraño tus largos discursos que desbordaban tanto amor a la Patria, el sonido de tu voz rasgada que nos exhortaba a la batalla por una Cuba mejor, el temblor enérgico de tu mano apuntando el mejor destino, te extraño en este nuevo Girón de victorias y en cada fecha histórica que dibuja tu presencia pero, sobre todo, extraño tanto tu mirada, porque ella reflejaba todo la fe que tenías en tu pueblo y en la humanidad; extraño todo eso por lo que hoy somos abanderados de la solidaridad y del altruismo.
Sí, te extraño, aunque sé que estás multiplicado en mí y en toda la valerosa juventud cubana. No te preocupes por mi confesión permeada de un poco de nostalgia, porque tu recuerdo, además de ser una fuente de inspiración es como el dulce beso de un padre o un abuelo muy querido, que siempre se lleva en la mejilla y en el corazón.
Con cariño inmenso,
Lili.
5.- Laura Ruiz Lorenzo 4. año Derecho
Cuba por Fidel
No existe un ideal
tan exigente y capaz
como lo fue aquel hombre en vida
que inundó nuestra Patria querida
de amor y libertad.
Su espíritu consecuente
lleno de principios y valores,
creó un pueblo radiante
de hombres vencedores.
En su infinita juventud
realizó una Revolución
dotada de la hermosa virtud
de llevar a Cuba en el corazón.
Dando un paso adelante
con nuestra invencible soberanía
seguiremos siempre al Comandante
con un sentimiento de paz y armonía.
En este país querido,
profundo, bondadoso y fiel
en nuestras almas ha nacido
un pensamiento que dice:
¡Hasta siempre y por siempre Fidel!